domingo, 2 de agosto de 2009

Una manera de saborear una resistencia distinta, sin sangre y con brillo, es no dejarse atrapar por la farsa, es decir, que la trampa de la manipulación de los medios informativos no funcione en nuestro pensamiento. Poder llegar a dar este paso es como nacer de nuevo. Directamente es nacer.
Si las sociedades en esta época se mueven a través de un cuerpo social, es hora de avisarle a ese cuerpo que se encuentra severamente enfermo y deteriorado, con la sensibilidad engripada, la reflexión en estado vegetativo , desnutrido de tanto hambre de paz, ciego de solidaridad, sordo de justicia, mudo de comprensión y con la conciencia hemipléjica. Más que en la era tecnológica estamos en la era del abismo.
Pero bien, volvamos al tema Medios y a la cuestión de la inseguridad ¿policial? ¿callejera? ¿social?¿racial?¿material?¿individual?, porque nunca queda claro de qué inseguridad nos hablan. A pesar de haber pasado a ser el principal motivo de indignación de la civilización actual.
Es el mediodía, horario en que la mayoría de de los canales de mayor “audiencia” (hombres, mujeres, pensamientos) sacan a la cancha sus equipos de profetas de la verdad, definidos por el manual como “periodistas”
Asalto y muerte es la placa en la pantalla, imágenes de bolsas negras, ataúdes, aplausos, lágrimas y reclamos sirven de antesala para los discursos de ¿hasta cuándo? ¿Por qué? ¡No son humanos! ¿Que son algunos de los tantos que se escuchan en boca de estos etiquetados profesionales?. A lo que del otro lado del televisor la masa totalmente hipnotizada y sin voluntad alguna de cuestionar la información, va a responder generando un gigantesco eco y como si todos fueran loros de la mentira: si es verdad!! ¡Hasta cuándo! ¿Por qué? ¡No son humanos!!! A lo que además agregará lleno de euforia” Me tengo que cuidar de los chorros” “Mi única aspiración, mi único proyecto, mi única meta tiene que ser que ningún chorro me robe”. “Si, hoy quiero ser un héroe para la sociedad” “¡Voy a matar un chorro!”
Pero no quieren darse cuenta que mientras sienten ser buenos ciudadanos, están siendo rehenes de un macabro juego: Ratting, esclavitud mas audiencia, más ganancia, más violencia, mas ratting.
Para ellos, como dijo Galeano, no somos personas, somos público. Es hora, ahora o nunca, que dejemos de permitir que nuestra reflexión sea manipulada por estos mercenarios de la información.
A esta altura nadie puede negar el nivel de violencia de nuestros días y muchos menos desvalorizar o decir que entiende el dolor de alguien que pierde un ser querido en un “hecho delictivo”. El dolor no se puede medir en estadísticas, el dolor no se discrimina ni se siente de otra manera por haber nacido en una clase social diferente. El dolor en un ser humano se siente igual, asi viva en un Country en una villa o en un barrio de clase media. El dolor simplemente duele.
Pero si queremos empezar a evitar tantas perdidas humanas hay que desenmascarar la enseñanza de desprecio y rencor que nos brindan los medios y comprender aunque cueste que en un asalto u homicidio hay un dolor y una muerte en ambas partes. De una lado hay una persona cruelmente asesinada…pero sentimental y psicológicamente ¿imposible de aceptar? Es fácil de ver un pibe que llega a robar y matar. ¿Cómo está en su educación? ¡Muerta!¿Su esperanza, sus proyectos de vida sus ideas, sus sueños? ¡Todos muertos! Y la mano que gatilla este arma es el Estado, es Ud. Soy yo, somos todos
Cada vez que muere alguien a causa de la inseguridad, del hambre de la ignorancia, del desprecio, del olvido, todo el resto de la humanidad tiene un grado de responsabilidad
No les creo, no me gustan, realmente me dan lástima estos periodistas que cada día exigen torturas más crueles para los pibes que cometimos un “delito” y que hacen del odio una doctrina par la población ¿Creen ser los dueños y los mensajeros de la realidad? Su única función es ser como un alcohol que se derrama sobre el fuego de la violencia. Los imagino en las3redaccioens, ya no trabajando en busca de informaciones y siendo objetivos con ellas, sino como científicos de laboratorios explorando nuevas fórmulas para la manipulación de la opinión pública. Porque sus redacciones son eso: Laboratorios de conciencias.

Camilo Blajaquis
Penal de Marcolandia
Julio de 2009