viernes, 31 de octubre de 2008


Lo tomo como un consuelo aunque sea imaginarlo y no tanto como soñarlo, porque es duro aca el camino hasta el sueño.
Escribo y el tiempo se consume, algo raro esta pasando.
No se escuchan discusiones (aunque se presienten broncas).
La visita por el día de la madre y la hermosa marihuana que pinto a rolete parece simular que regó de paz toda esta cueva.

Los barrios y las villas nunca se van a adaptar al desprecio de las ciudadanías que aman pertenecer al poder, a los que estafan con diplomacia y obedecen a un cargo.
Si en el mercado de tracciones de mentiras absolutamente todos consumen orgullo
Yo ofrezco entonces que me enamore de la hermosura de la vida sin restricciones.

No acepto que escondas tus ojos, no acepto que inventes sonrisas.
Si esto es otro planeta existe la misma noción de violencia que la de afuera.
¿a quien le hace mal la compañía? ¡yo necesito compañía!
Serán las puñaladas y el ritmo marginal
O lo anormal del arte marginal lo que haga brillar mis días.
Como me odia la rutina esa esclava que tanto tiroteo.

Camilo Blajaquis

camilo Blajaquis

Empiezo a creer que una parte de mi esta enloqueciendo. Porque no puedo en esta tarde que el sol deja acidos los cimientos del instituto de dejar de mirar el hueco de la ventana enrejada que esconde que del otro lado esta el mundo y sus millones de personas.
Impulsiva, compulsiva, adictiva, masiva y exageradamente pienso en las miles de situaciones que están sucediendo en este momento del otro lado de las rejas.
En cuantos dichosos enamorados en las plazas o en alguna pieza, en cuanto corazón mudo ya de tanta amargura durmiendo en las veredas, en los pibes que se deben estar yendo a robar justo ahora y en los que volveran triunfantes, en cuantos caeran en cana y en los casi todos que se iran a dormir a la morgue.

Para que se entienda mejor, miro por el hueco y a partir de alli mi imaginación pierde el conocimiento de tanto flayear a los que deben ir caminando con el cerebro cuadrado y anestesiado por las calles, a los que saborean con un verdadero gusto a vida el ocaso del dia, a los que están en la cancha o en un recital.
A los que justo recién se murieron, a los que acaban de nacer, a los que acaban de acabar, a los que están trabajando odiando su trabajo, los que se están fumando un buen porro, a los que están renegando de algun problema que se inventaron.
A los que todos los días ponen la espalda para el látigo, a los que tienen tanta plata que se limpian el orto con billetes de cien dolares, a los que tienen hambre , a los lokos que se deben estar ahogando adentro de un chaleco de fuerza, a todos los cobanis que deben andar pateando tobillos por las villas y los barrios.
A los que estan en cana en peores lugares que este.
A los que ahora estan viajando esposados de pies y manos en la oscuridad de los camiones del servicio penitenciario.
A los que justo ahora chocaron con el coche, a los que se arrastran en la frontera de mejico, a los putos, a los medicos que están operando, a los que terminan de matar a alguien, a los que estan llorando, a los que se terminan de mandar una linea de merca, a los queº estan aprendiendo a leer, a los que la corrupción del poder nunca dejara aprender.
A la primera mujer con la que tendre relaciones el dia que salga, a los borrachos, a los que estan apretando el boton para que caiga una bomba, a los que se creen profesionales, llevo adelante mi vida aca adentro imaginando el mundo que generan al mesclarse y penetran por el hueco de una de las paredes que me priva de mi libertad.

lunes, 20 de octubre de 2008

Sensasiones de un domingo en cana

La sensación cuando termina la visita se puede comparar a la de tirarse en un volcán de amargura en erupción.
Es cuando quisiera congelar el tiempo tan sólo para degollar con un pedazo de vidrio todas las yugulares de cada uno de los guardias. ¿Cuál es la felicidad de transformar en un cubito de hielo la vida, qué mejoría trae a sus penurias el sentirse autoridad? Es la idea en la que continuamente se cae.

Pero no hay buenos, ni malos. Todos son hormigas de la fábrica del machete, nunca vi un espejo tan grande (casi del tamaño de nuestro continente) por el que miran la extraña mutación de su futuro muerto.

Díganle a mi espalda violeta y verde y amis tibias fragmentadas que ellos son simplemente mercenarios de un sistema.
Nunca imagine que llegaría a odiar tanto el escuchar apellidos y mucho menos que me tatuarían un 653 en la nuca.
Pero igual, no dejo que me autopcien los discursos. El resentimiento es simplemente el alcohol que bebe esta soledad obligatoria.

Quzás el mejor momento de las dos horas semanales que paso con mi familia sea cuando veo a las rejas convertirse en plantas enredaderas. Pero bueno, lamentablemente, un termina acostumbrándose a que te absorba las venas una aspiradora capitalista... de todos modos, tiene su instante gratificante hacerle trampa al patrón etreno y ponerse veneno zapatista en la sangre. ¡Hello Mister!

Nadie conoce la belleza (sólo comparable al amanecer de los incas) de morirse de una sobredosis de abstinencia sexual y reencarnar al otro día en un asesino invisible.
¿Por qué será que todos mis heroes se enamoran del suicidio?

Mi mamá ya debe haber llegado a mi casa, qué lástima, ella nunca se va a dar cuenta que hoy, luego de tres años, se recibió de astronauta carcelaria.

PROYECTO ARQUITECTONICO

Pensé que un buen alivio sería
comenzar a diagramar un mejor formato
para el pabellón.
Como digno primer paso, selecciono el sector de las últimas
cuatro tarimas como la nueva plazito del barrio.
Inventé mi propio cine que ahora será la isla de cemento
que es nuestro comedor.
Por supuesto que este húmedo y despintado rincón donde se encuentra la tarima más oxidada e invadida masivamente de cucarachas y donde aprovecho para escuchar música y escribir es la nueva sala de expansión artística.
Como cada compañero de angustia carcelaria posee un gusto diferente, es gratificante saber que no se llegará a ninguna clase de discusión.
El que logre el privilegio de poder alucinar, podrá elegir si gritar a la nada de las siempre cuatro paredes o saltar al infinito de las siempre ventanas cuadriculadas. (antídoto necesario para evitar rabia de berretines. Señor remedio para el asma marginal del encierro).

Es hora ya mismo de abandonar esa maligna adicción de dejar que te consuman las horas, las eternas exactas rutinas del -y repito, otra vez-:¡ENCIERRO!;
-pensar en nada más que en salir,
-vivir todo el día dentro del mismo laberinto.

¿Quién puede superar el mundo propio que me inventé adentro de esta cueva?

Ninguna mante supuestamente sabia supera la riqueza en sentimientos naturales que tienen las charlas con los pibes que estan conmigo en esta verdadera porquería.
Ojalá el mundo haga trompo y desbarranque en la bankina de la vida y que todo se transforme, que encarcelen a los burócratas y a sus voluntarios esclavos, sus amigos, a sus alumnos que deliran ser profesores de la vida.

¡Sí, que cambie! Y que nosotros miremos el calvario que desencadenaron, desde atrás de un vidrio blindado.

Siesta en el Agote

abandono el hábito innecesario de todos los días
para masturbarme con la fragancia a revista
que tienen las estatuas de mujeres que viven dentro de mi pared.

El aturdimiento se toma una siesta, mientras cuatro botas se fuman un cigarro
mirando el encierro desde abajo de una baldosa.
Una escoba escapada del geriátrico recolecta los cuerpos de la cucarachas caídas en el combate de ayer frente al veneno y se corre el rumor de una posible venganza de las ratas anfibias adictas al agua podrida.

La voz afónica de un pájaro insensible me recuerda al sabor que tiene caminar con las manos sobre un precipicio con los ojos vendados y los pies atados. Aunque podría sonreir si la humedad de las ventanas emanara cianuro exterminador de dispositivos controladores
o si una ráfaga de cumbia colombiana sepultara para siempre el vicio de quemar con agua hirviendo la espalda de la ignorancia.

Hasta que esa madrugada llegue, me voy a refugiar adentro de un termo con la esperanza de un condenado a cadena perpetua y la conciencia de la nariz de un sicario.
A lo lejos, ya se escucha la marcha del orgullo barretín y tan sólo a 9000 kilómetros el grito de auxilio de las sirenas vigilantes.