Cuerpos raros llenan los abismos de la plaza
Niños como adornos del egoísmo.
Desde mi ventana gritan;
¡Que tranquilo se vive sin piedad!
La calesita no para de toser,
cooperativa de juegos, casino de sonrisas.
¡Corren! ¡Al menos sienten el cuerpo!
Ratas prolijas y exhaustas dominan la plaza,
símbolos y confusión,
de a ratos vida.
La atmósfera en la plaza suda
hay una rara impaciencia,
el payaso se esfuerza en vender globos
y no en regalar sonrisas.
Pero a pesar de todo, los niños.
Ellos nos reviven, exhuman lo enterrado.
Convencen a dios de no destruir al mundo.
No tienen la enfermedad de ser adulto.
5 comentarios:
Qué poderosa es tu poesía César, tan poderosa como necesaria.
Bonita.Te leeré .
Ss un genio nada mas q decir gracias por lo que escribis y de mas
Ss un genio nada mas q decir gracias por lo que escribis y de mas
Sin palabras. Tu poesía siempre es un mimo al alma. Gracias por compartirnos tu mirada del mundo
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