sábado, 30 de enero de 2016

Carta a mis hermanos en cana.

Queridos hermanos míos .
Ustedes encerrados tras las rejas, engomados en buzones o en conducta, preparando el ventajero o el 22, de fajina u ordenando la celda después de la requisa, escribiendo una esquela, a todo ritmo, haciendo pagar prote a los giles, bancando la toma, poniendo plantilla, tirando la caratula a cancha, recibiendo a los ñery, sacando pa afuera los ruchis. Tomando mate amargo re en pedo, guitarreando a la gorra, comiendo un marroco con producto, sacando una audiencia, algunos tristes porque no vino ninguna visita, otros sacando el peculio, esperando al que vuelve de transitoria, ingresando en otro llompa, prendiendo puchitos a los santos, tirando la paloma para rescatar un par de bartulos... Hay veces que extraño estar ahí, compartiendo con nobleza cada bagallo, resplandeciendo entre el hacinamiento y las paredes moribundas.
Acá afuera solo saben reírse y burlarse de nosotros, somos los malvados pibes chorros, los monstruos "de verdad". Ningún ojo ve nuestra belleza, ningún corazón nos puede amar, ningún idealista se apiada frente a nuestras historias clinicas, y las opciones que nos ofrecen son; un tutor o desocupación.
A nadie le interesa arrojarnos una pastilla antibiótica que desinflame nuestra lengua hinchada de tanto morderse el grito. Como los extraño hermanos míos, esos ojos llenos de fuego y esperanza.
Mientras acá afuera los civilizados se ahogan en el odio, se adjudican riqueza en lo espiritual pero pueden morirse ante la mínima gripe, que aprovechan el yoga para justificar su mezquindad. A punto de explotar de lujo te niegan igual hasta las sobras. Convencido están de ser la vanguardia de la moda, pero para triunfar se inventan su propio prestigio, financian sus aduladores. Exhiben un ejército de médicos y aún así la primer enfermedad los hace arrodillar. Muchos de nosotros ni siquiera fuimos vacunados y las heridas de bala las curamos a la intemperie.
Acá en la calle es un caos pero de los feos. Perfumado el asfalto está de puro resentimiento, allá al menos todo está más claro, es el encierro y estas encerrado. Acá afuera en cambio, te dicen que sos libre y tu vida es una reja. Todos sabemos que esto podría ser de otra manera, pero nos guiñamos el ojo entre nosotros. Eso es una ciudad o cualquier pueblo, compartir y ocultar la locura.
¿Y nosotros somos los monstruos? ¿Nosotros somos los que debemos recuperarnos? Si a diferencia de los de afuera el preso es transparente, no diferencia entre las virtudes del corazón y la mente. Hacemos más de lo que hablamos y crecimos en una profunda soledad y dolor pero las carcajadas en los pabellones retumban y aturden. Por eso para los nazis del siglo 21 debe erradicarse nuestra sonrisa.
Nosotros los monstruos sin quejarnos logramos ser sabios, hemos sobrevivido en ambientes de  paleolítico, por eso es para festejar y no para lamentarse cuando nos llaman cavernícolas o monos. Ahí si que no mienten, es así, crecimos y sobrevivimos tan a la deriva como los animales en la jungla. Tengamos piedad hermanos, aunque nos peguen en el piso entre 500, al grito de ¡salvajes!  Yo los perdono y abrazo, porque ellos no tienen el coraje suficiente para ver nuestra subjetividad, le hablan a un mito, a la leyenda que hicieron de nosotros, a una saga medieval.
Aunque la soledad no es propiedad de una clase social, los presos están más solos que nadie.
Y los presos cuando salgan dejarán solo al resto que quede ahí adentro, y no contentos con abandonar a sus colegas,antes del amanecer los habrán maldecido y negado, celebrarán a todo el demonio disfrazado de legal que proponga la muerte, se olvidarán como bajo un hechizo todo lo vivido, y repetirán como loros humanizados: "Basta de inseguridad", pasarán de verdugueados a verdugos. Avergonzándose de ustedes mismos y de los que hasta ayer compartían el encierro. Avalando con su servil actitud que las jaulas sean cada vez más crueles. Haciendo que así se regocijen los eruditos del sentido común al grito de; ¿Vieron? ¿Vieron? Hay que matarlos a todos, ¡Si lo dice o lo justifica hasta un mismo ex preso!
Yo ya no espero nada ni de mi familia ni del barrio, nuestra propia gente nos ha abandonado, para abandnarlos es el único tema donde se unen pobres y ricos.
A los mismos pobres les avergüenzan sus hermanos presos y en varios momentos del día se los puede escuchar deseando ver a los pibes que roban asesinados en lenta agonía, descuartizados en lo posible. Y el que viene de afuera a "ayudar" no cree o no termina de creer en nuestro dolor, consciente o inconsciente solo quiere educarlo según sus ideas, cocinarlo según sus ingredientes, corregirlo y dejarlo bien temeroso, expulsando toda personalidad, dejando donde hubo luz el resabio de una sombra muda.
Les advierto mis hermanos, que se preparen, la tormenta sobre sus cuerpos será peor que actualmente. Todos los exterminios y holocaustos no bastaron, el apetito de la sociedad por la sangre es infinito, por eso radiantes llegarán los nuevos métodos de tortura y como siempre nosotros seremos la prueba piloto. El roedor que corre extorsionado por la rueda.
Cada vez mas rabiosos vendrán a envenenarnos, pero saben deberán esforzarse, saben que nuestro cuero es demasiado macizo.

2 comentarios:

HLH dijo...

cesar amigo un abrazo nico mendoza

Emanuel dijo...

Tenemos que ganar, primeriar al pibe antes que el tranza. Como dijiste, en el cielo estan ellos, son las estrellas que nos van a guiar... no hay que dejar la lucha tirada, nunca dejarnos tirados entre nosotros.